La humedad por condensación se produce cuando el vapor de agua en el aire se enfría y se convierte en líquido al entrar en contacto con superficies frías, como ventanas, paredes mal aisladas o tuberías. La humedad por condensación suele ser más común en áreas con alta humedad relativa y falta de ventilación adecuada. Los síntomas típicos incluyen la formación de gotas de agua en superficies frías, moho en esquinas y condensación en cristales, ventanas o espejos.
Sin embargo, la humedad por filtración ocurre cuando el agua penetra en el interior de los espacios a través de grietas, fisuras, juntas mal selladas o elementos estructurales dañados, como techos o muros. Esta humedad se origina por la infiltración directa de agua desde el exterior debido a la lluvia, tuberías rotas o fugas en la estructura. La humedad por filtración puede manifestarse en forma de manchas, goteo de agua, daños en la pintura y en la estructura, y puede aparecer en distintas áreas de la edificación.