¿Cómo evitar la condensación en ventanas de aluminio?
La condensación en las ventanas de aluminio es un problema común en muchos hogares, especialmente durante los meses más fríos del año. Este fenómeno, aunque puede parecer inofensivo, si no se abordan adecuadamente, puede provocar la aparición de moho en los cercos de la ventana y hasta problemas en la estructura a largo plazo.
Por qué se produce la condensación en las ventanas?
La condensación en las ventanas se produce cuando el aire caliente y húmedo del interior de la casa entra en contacto con la superficie fría del vidrio y del aluminio, en el caso que nos atañe. Este fenómeno de las ventanas de aluminio mojadas por dentro ocurre por la diferencia de temperatura entre el aire interior y la superficie de la ventana, el vapor de agua en el aire se condensa en forma de gotas de agua.
Este proceso se ve agravado en ambientes con alta humedad interior, falta de ventilación y una diferencia significativa entre las temperaturas interiores y exteriores que puede deberse a un mal aislamiento.
Las ventanas de aluminio, en particular, son más propensas a la condensación porque el aluminio es un excelente conductor del frío, lo que significa que se enfría rápidamente y, a su vez, enfría el cristal.
Cómo solucionar la condensación en las ventanas de aluminio
Evitar la condensación en ventanas de aluminio requiere un diagnóstico personalizado, pues hay casas que tendrán problemas de aislamiento, otras que lo tengan de ventilación y otras que padezcan varias causas al mismo tiempo. Sin embargo, algunas recomendaciones generales son:
1. Ventilar la vivienda.
Es muy recomendable abrir las ventanas durante unos minutos al día para permitir la circulación de aire fresco para que el aire del interior se renueve, se regule la temperatura y disminuya el vapor de agua.
2. Utilizar deshumidificadores y extractores.
En ambientes muy húmedos, estos aparatos ayudan a bajar la humedad ambiental. También, considera la instalación de un sistema de ventilación mecánica controlada (VMC) para mantener una ventilación constante.
3. Ajustar la climatización.
Una gran diferencia entre la temperatura interior y exterior aumenta el riesgo de condensación, por eso, tanto en calefacción como en aire acondicionado, lo aconsejable es una temperatura estable.
4. Usar cortinas y persianas.
Las primeras reducen la humedad ambiental y las segundas ayudan con la temperatura tanto en invierno como en verano.
5. Revisar las juntas de las ventanas.
Las ventanas deben estar bien selladas para evitar pérdidas y humedad.
6. Elegir el cristal adecuado para las ventanas de aluminio.
Existen opciones de doble o triple acristalamiento o cristales certificados como vidrios de baja emisividad que reducen los puentes térmicos y la pérdida de calor, por tanto, el evitar una gran diferencia de temperatura entre el interior y el exterior con lo que se reduce la posibilidad de padecer problemas de condensación.
¿Qué problemas puede causar la condensación?
La condensación en las ventanas puede causar una serie de problemas si no se trata adecuadamente. Algunos de los más comunes son:
- Crecimiento de moho. La humedad constante en las ventanas puede llevar al crecimiento de moho en las superficies cercanas, que no solo es antiestético, también puede causar problemas de salud como alergias y problemas respiratorios o dermatológicos.
- Daños estructurales. La acumulación de humedad puede dañar los marcos de las ventanas, especialmente si son de madera, y también puede afectar las paredes y otros materiales porosos cercanos, empezando por la pintura.
- Reducción de la eficiencia energética. Las ventanas con condensación pueden ser un signo de problemas de aislamiento, lo que también indica que la vivienda no es eficiente energéticamente y los costes de climatización son altos.
- Problemas de visibilidad. La condensación puede dificultar la visibilidad a través de las ventanas, algo molesto y que también afecta a la cantidad de luz natural que entra en el interior.