Humedades accidentales.
Son el resultado de eventos inesperados como averías, fugas o inundaciones. Dependiendo de la causa, así serán las soluciones pero, a grandes rasgos, hay que detectar la fuente del problema y arreglarlo.
Humedades por capilaridad.
Se producen cuando el agua del terreno asciende por los materiales porosos de la construcción. Las soluciones pasan por la instalación de barreras químicas o físicas como inyección de productos, colocación de materiales impermeables, etc.
Humedades por condensación.
Se dan cuando el vapor de agua en el aire se condensa en superficies frías por el contraste de temperaturas. La solución para la humedad por condensación implica reducir la cantidad de vapor de agua en el aire y mejorar la ventilación de la casa.
Humedades por filtración.
Son la consecuencia de grietas, fisuras o fallos en el aislamiento. Aunque la solución depende de la causa, se pueden remediar mejorando la impermeabilización, reparando las fisuras y averías o corrigiendo los problemas estructurales.
Humedades ambientales.
Si los niveles de humedad ambiental son demasiado altos en el interior de una casa, pueden causar problemas de humedad en las paredes, techos y suelos. Para reducir esos niveles, hay que mejorar la ventilación, reparar las fuentes de humedad y controlar las temperaturas.