La humedad por capilaridad se produce debido a la capacidad de los materiales porosos para absorber y transportar agua a través de pequeños poros, fisuras o capilares presentes en ellos.
El agua se mueve por capilaridad en contra de la gravedad, ascendiendo desde niveles inferiores hacia áreas más altas.
Este fenómeno ocurre debido a la tensión superficial que existe entre las moléculas de agua y la superficie de los materiales porosos. El agua se adhiere a los materiales y asciende por ellos gracias a la acción de la gravedad, creando una humedad ascendente que puede alcanzar varios metros de altura.
La acumulación y el estancamiento de agua en el subsuelo, especialmente en épocas de lluvia, es absorbida por la cimentación y por los elementos de construcción de los edificios porque son porosos. Dependiendo del tipo de material, esto es más o menos probable (el ladrillo es más poroso que el hormigón, por ejemplo).
También puede ocurrir si el edificio se encuentra en un lugar donde el nivel freático está alto.